Puedes suscribirte a El Guerrillero en Spotify, Apple Podcasts, iVoox, o en tu reproductor de podcasts favorito.
Tarzán: “Mi sueño, de verdad, desde muy chico es matar… Matar a Pinochet, como mi fantasía infantil número uno.”
Víctor: “Al otro día por la mañana todo normal, pero nadie sabía nada. De los grupos, vamos a decir, no así los jefes, que ellos sí sabían, pero nosotros no…”
Tarzán: “Me contactó Raúl Pelegrín, pero yo no sabía que era el jefe principal. Entonces me dijo que estudiara, por favor, si existía viabilidad para atentar contra Pinochet.”
Almudena: “¿Cómo recuerdas tú el día del atentado contra Pinochet? Y no sé si ahí imaginaste que estaba tu hermano por ahí.»
Vicky: «No, porque nosotros no teníamos idea, no teníamos idea que Víctor estaba en eso.”
Tarzán: “Mi grupo se llama grupo de contención, y la misión es detener a la comitiva de Pinochet, pararlos.”
Víctor: “Y lo mío era encargarme de los motoristas, con el otro chofer que estábamos ahí.»
Almudena: «Encargarte de los motoristas…»
Víctor: «Quiere decir tratar de matarlos.”
Víctor: “Y bueno, fue todo muy rápido, 18… A las 6 y 36 minutos, y yo escucho tiros que van, tiros que vienen…”
Tarzán: “Un tiroteo infernal ahí, ra, ra, ra…”
Víctor: “Y el mismo viene, empieza a gritar ‘buah, matamos a Pinochet’, porque eso había sido muy corto.»
Almudena: «Pero tú no sabías lo que había pasado.»
Víctor: «Ni idea”
Víctor: “Y a la una de la mañana apareció… El hijo de puta apareció… En la televisión.”
Augusto Pinochet: “Este es el impacto de un rocket que no tomó la suficiente velocidad inicial. Se incrustó aquí en el vidrio. Pero no explotó. Porque si hubiera pasado esta capa y explota dentro, no queda nadie vivo de los que están adentro.”
Víctor: “Y en eso estábamos un mes y medio después, cuando hacíamos… Y ya nos preparábamos para hacer alguna otra cosa… Y alguien había cometido un error, y nos detienen.”
EL GUERRILLERO, UN PODCAST DE ALMUDENA ARIZA Y YES WE CAST.
EPISODIO 5: CÁRCEL Y TORTURAS
AVISO: ESTE EPISODIO CONTIENE DESCRIPCIONES EXPLÍCITAS DE MÉTODOS DE TORTURA
Víctor: “Nueva pista tienes que hacer, siempre.”
Almudena: “Estamos… Cuarto día (risas) Esto se empieza a poner interesante. Pues lo dejamos en que tú estabas, te acuerdas, después del ataque frustrado…”
Vïctor se encuentra escondido en una casa “de confianza” en la que ya se había refugiado cuando recibió dos balazos en la pierna. Allí ve la intervención de Pinochet por la televisión y aunque se siente seguro en su escondite, empieza a darse cuenta de que los militares preparan una dura respuesta al atentado.
Víctor: “Miedo… Tú me preguntabas sobre el miedo de que sabíamos que… Pero tampoco nos imaginábamos, una vez más, el alcance de la cobardía. Y esa misma noche del 7 de Septiembre salieron y asesinaron a cuatro personas. Pero… Es decir, uno de ellos presentaba 17 balazos en la cara. Es decir, salieron… Y el quinto, porque ellos decían ‘un muerto por cada escolta’…”
Los cinco escoltas que murieron en el atentado contra Pinochet.
Víctor: “El quinto logró escapar porque gritó, y los vecinos salieron… Salieron a asesinar por asesinar.”
La explicación oficial: Una purga entre los propios comunistas.
Almudena: “¿Y a partir de ese momento, qué haces tú, al día siguiente cuál comienza a ser tu nuevo plan de vida?»
Víctor: «No, el plan de vida era que como estábamos vivos teníamos un punto supuestamente de retomarnos, la organización nos retomaba y fue así como al otro día llegó todo el mundo. Y se toman las medidas del caso y se decide que salga la mayoría de los participantes. Y dejan a uno por cada grupo. Es decir, uno de la vanguardia, uno… De cada grupo, quedamos cinco en Santiago. Y empezamos ya a planificar otras acciones. Tan espectaculares como esa, teníamos bastantes clientes potenciales.”
En esos planes también participaba Tarzán.
Tarzán: “Y estábamos preparando el secuestro de un secretario general del Gobierno, se llamaba Francisco Javier Cuadra, que es un… pedazo de cabrón. Una persona muy falta de escrúpulos. Y preparando su secuestro para canjearlo por gente nuestra y tal…”
Víctor: “Y estábamos en uno de esos cuando fuimos detenidos. El 22 de Octubre de 1986. Nuestro jefe de grupo comete el error que todos estábamos clandestinos, pero él se clandestiniza con su mujer y su bebé de nueve meses. Ese no era el problema, el problema es que él le dio la dirección a su madre. Y caen en la casa del Sacha, de nuestro jefe de grupo, donde él ya no vivía, con una violencia inusitada, también exaltados de que podía significarles muchas cosas. Le pegan un par de bofetadas a la madre y la madre sí sabía. Le maltrataron a su madre, su madre llegó con ellos, a él lo levantaron de madrugada y es efectivo porque después su madre y su mujer de la época… Obviamente le torturaron a su bebé de nueve meses delante de él.”
Tarzán: “Se metieron en una habitación con el bebé ahí. Y lo pusieron a llorar, y la mujer ahí…”
Víctor: “Nadie puede decir cómo uno puede reaccionar ante eso. Y nos entrega.”
El 22 de Octubre de 1986 los cinco integrantes del grupo de Víctor, al que Tarzán no pertenece, caen detenidos. Víctor incluido. La Policía ya sabe que es uno de los terroristas que atentó contra el dictador. Y quieren sacarle más información, a toda costa.
Almudena: “Pero que te, te pegaban, te preguntaban, te interrogaban…”
Víctor: «No, primero te golpeaban, golpes de puño, pie, y luego preguntándote cosas. Y yo repetía, igual que… Me llamo Luis Felipe Hansen…”
Su nuevo nombre en clandestinidad.
Víctor: “Y así estuve.”
Almudena: “¿Cuánto tiempo, cuánto duró?”
Víctor: “No sabría decirte. Porque uno pierde como… Sí, pueden haber sido horas. Producto que después sí te das cuenta que no ha pasado mucho tiempo, te parece una eternidad, por supuesto. Porque después nos metieron, me metieron, porque a todos nos hicieron lo mismo, meternos por separado en un subterráneo. Me hicieron desnudar, siempre con la vista vendada, y… Y era como algo que yo sabía. Es decir, el que fuera, siempre… La policía chilena siempre ha torturado.”
Y el propio Víctor fue una de las víctimas de las torturas.
Víctor: “Ellos aplicaban lo que era una escuela brasileña que es el pau de arará. El pau de arará es el corderito. Es decir, te desnudan, te pasan tus muñecas amarradas por tus rodillas, los pies están amarrados, te queda un hueco entre los codos y las rodillas y te pasan un fierro, un palo. Entonces te levantan y quedas como un corderito, con la cabeza hacia abajo. Completamente desnudo a la merced de ellos.”
Almudena: “¿Y eso es lo que te hicieron?”
Víctor: “Claro, y eso va acompañado con… te ponen unos electrodos en los testículos, en la sien, puede ser en la lengua, y ellos, amarrado como tu estás, te dicen ‘como no quieres hablar, te vamos a dar. Cuando quieras decir algo, para el dedito.’ La electricidad es como rara, porque lo que duele más es el comienzo, pero después como que la corriente se estabiliza y la sientes menos. Salvo que te topes, que es verdad, con uno más experimentado, que ese siempre te va a dar pequeños toques, porque eso sí que te va… Son pequeñas sacudidas.”
Almudena: “¿Pero y cómo es el dolor, hay un momento en que es insoportable?”
Víctor: “No, el dolor es insoportable, tú piensas que se te van a quebrar los huesos, que vas a… Es como indescriptible, en el sentido de que llega un momento en que tú dices ‘prefiero morir’. Que se vayan a tomar por… Que se vayan a la mierda, mátenme. De repente parar el dedito y decirles ya mátenme más rápido, no, no, no. Además que ‘cómo te llamas’, lo mismo, Luis Felipe Hansen… Y al cabo de un… Que no sé, que te mentiría si fueron horas… Pero con una ya bastaba. Creo que pueden haber sido dos, por ahí, no más. No más. Pero era una… Una eternidad.”
Almudena: “O sea, ¿hay algún momento en que pienses que te vas a quebrar por eso? En el sentido de que no vas a aguantar más.”
Víctor: “Sí, además como ellos son profesionales de la tortura, tú tienes una especie de palo en la boca porque si no te muerdes, te cortas la lengua. Es decir, hay cientos de formas. Hay otra gente que eran torturados con lo que era la parrilla, que es un somier, que es metálico, que no tiene nada, estás en el somier metálico, patas metálicas, te mojan con agua y te dan los toques, diferentes ellos. Y eso, buf, te levanta así… Es mucho más violento porque en este caso tú estás tan amarrado que eso mismo impide que tu existencia explote. Porque al estar más sujeto hay mucha más tensión, quizá duele más, pero la otra sensación de levantarte es… Esa no la viví yo.”
Los torturadores le dicen a Víctor que saben que ha participado en el atentado contra Pinochet. Y para demostrarlo le cuentan detalles que solo alguien de dentro podía saber. Víctor se rinde.
Víctor: “No, ahí ya digo yo ‘aquí hay traición, aquí me entregaron’. Eso lo digo en mi interior. Entonces el tipo me dice ‘te estás verdugueando’. Verdugueando, que es jerga… Que estoy sufriendo porque yo quiero. Me dice ‘es que sabemos todo’. Además tenemos al resto del grupo. Me empieza a entregar detalles que yo… Me dice ‘te los muestro ahora, los vas a ver ahora’. ‘¿Tú estuviste en el atentado?’ Cuando eso me dice, yo le digo sí.”
Los policías reúnen a Víctor con sus compañeros, y días después llevan a todos al lugar del atentado contra Pinochet. Allí anuncian, al país, su captura a través de los medios de comunicación. Tarzán es un espectador más desde su vida clandestina.
Tarzán: “Y veo el flash de cómo han detenido a los fusileros, los sacan y ya eran como… Estaban todo el día en la tele. Todo el puto el día en la tele… Reconstrucción de escenas, los llevaban ahí con grilletes, cadenas, todo eso lo veíamos, claro.”
Almudena: “Y tú en ese momento no piensas que ya cuando ha salido tu cara en el periódico, tu familia ya sabe la noticia.”
Víctor: “En la misma noche del miércoles por la noche, ellos querían saber dónde yo vivía para hacer un allanamiento, y lógico que yo les di la dirección de mi mamá, de mi casa de mi madre. Y que yo sabía que ella cuando llegaran allí se iba a dar cuenta de que yo estaba… Lo primero que les dijo es ‘quiero saber si está vivo o está muerto’. ‘No, señora, está vivo, está…”.
Vicky: “Ahí me acuerdo yo que yo llego, no sé si de trabajar… Y llego, y me sale a abrir la Viviana. Y la Viviana con ojitos, con lágrimas. Entonces me abre la puerta. ‘Qué pasó’, le digo yo. ‘Qué pasó’. ‘Víctor’, me dice. Y yo si me acuerdo lo que le pregunté. Le digo, ‘¿está vivo?’. La única pregunta que le hice.”
Almudena: “Para tu madre tuvo que ser un dolor, porque ya después de tu papá…”
Víctor: “Me imagino, me imagino que sí.”
Almudena: “El niño también.”
Víctor: “El niño, sí, el niño también.”
Almudena: “¿Te lo contó tu madre, te habló tu madre de cómo vivió ese momento?”
Víctor: “Hmm… No… Mi madre era muy especial. 36 días después, cuando salgo de la incomunicación, lógico vienen los familiares. Y viene mi madre, y a mi lado las madres del resto de los compañeros lloraban a mares, y mi madre me dice ‘esto te pasa por mala puntería’. (Risas).
Almudena: “Tu madre en ese momento, y tus hermanas, siguen buscando a tu padre, ¿no? Seguía la lucha en la calle, con la fotografía en el pecho…”
Víctor: “Igual, la lucha continúa y siguen dándole palos como si fuera el primer día.”
Almudena: “¿Y en ese momento se iban conociendo noticias de los desaparecidos, cuál era el ambiente?”
Víctor: Nada, nada.”
Víctor y sus compañeros salen del régimen de incomunicación en Noviembre de 1986, pero les mantienen aislados de los presos comunes. Por eso deciden comenzar una huelga de hambre, para pedir que se les integre con los demás reclusos. Y lo consiguen en Abril de 1987, coincidiendo con una visita al país de Juan Pablo II, una figura muy respetada por el régimen.
Víctor: “Casi todos los dictadores son muy católicos… Viene un poco la orden que tienen que, a través de su fiscal, que llaman el “Fiscal de Hierro”. Fernando Torres Silva, un coronel del Ejército de Justicia. Que era un psicópata. En el sentido que él a los más débiles de nuestro grupo los amenazaba con armas de fuego…”
Algo que no pasa desapercibido para Tarzán y los miembros activos del Frente Manuel Rodríguez.
Tarzán: “Desde la cárcel nos comunicábamos y se pasaba mucho con ellos y era como el súper personaje, salía todos los días en la tele, etc, etc, y entonces ahí me viene otra vez Raúl, Raúl Pelegrín, y me dice que si se le puede meter mano a este hombre y ya ahí me pongo a buscar donde vive y a hacer el trabajo de investigación.”
Tarzán planea un atentado que consiste en adherir un explosivo al coche del fiscal. Pero todo falla en el último momento de la ejecución. Torres Silva consigue sobrevivir.
Víctor: “Menos de un mes, el año 87, de que logramos derribar ese muro. Se va el Papa y el fiscal toma represalias, obviamente. Y a mí me cambian de cárcel, a otros los cambian de ciudad, a otros los tiran mucho más al sur, o sea… Se vengó. Pero eso le iba a costar. Porque en Agosto del 87 dos que habían sido, que estaban vinculados al atentado y al internado de armas se le escaparon de la cárcel de Valparaíso. Como en las películas, rompieron unos barrotes una noche de tormenta y se lanzaron por una quebrada y se escaparon. ¿Eso qué significó? Que algunos que estaban alejados en otros penales que eran más pequeños, los volvió a la cárcel de Santiago. Y luego de eso, que yo pasé casi dos años en la penitenciaría de Santiago, que estaba más al sur, pero dentro de la ciudad. Pero eso significó que dividió fuerzas…”
Y no sólo eso: En Junio de 1987 tiene lugar la “Operación Albania”. La venganza de la dictadura por el atentado contra Pinochet. Doce militantes del Frente Manuel Rodríguez caen asesinados a manos de los militares.
Víctor: “Todo lo pasan como enfrentamientos, todo eran falsos enfrentamientos. Todos fueron detenidos en las calles, torturados y asesinados con 12-14 tiros. Entre esos muere, asesinan, mi primer jefe, que era Javier Ignacio Valenzuela, que le disparan por la espalda, unas ráfagas caminando por la calle. El seguía… No estaba clandestino. Asesinan a uno de los jefes de grupo del atentado. Ese era Julio Guerra Olivares, Guido. Jefe de uno de los grupos que estuvo en la montaña, en la ladera. Y asesinan al jefe del atentado, a José Joaquín Valenuzela Levi, Ernesto. Lo asesinan porque había que dar un golpe duro al Frente Patriótico, porque sabían que el Partido Comunista estaba abandonando la lucha armada, y una parte del Frente Patriótico decide continuar.”
Tarzán: “Claro, en medio de toda esta lucha armada nuestra, en la Unión Soviética estaban la perestroika y la glásnost, y como los PC bailaban al ritmo de la Unión Soviética, estaban con eso. De pronto estamos nosotros en la clandestinidad, pegando tiros tal, y nos reunían para explicarnos los avances de la perestroika y la glásnost. Que era como, no sé, como otra cosa. Estábamos con tango y ellos salían con charleston.”
Víctor: “Y llaman como a una escisión, y nos llaman ‘la fracción’, y nace en ese momento el Frente Patriótico Manuel Rodríguez autónomo. Y el resto era el Frente Patriótico Partido Comunista.”
Almudena: “¿Cuándo empezáis en la cárcel a pensar en un plan para escapar?»
Víctor: «Desde el primer día. Desde que llegamos allí, empezamos a mirar las condiciones, las rutinas de los gendarmes. Es que yo creo que los delincuentes, quien sea que está preso, siempre va a pensar en su libertad. Y en la penitenciaría, nosotros, un pequeño grupo, porque ahí quedamos en minoría los autónomos, vamos a empezar a llamarlos autónomos, el grupo al cual yo seguí perteneciendo. Nos alíamos con unos presos del MIR, que ellos tenían un muy buen manejo con la población común. Y la población común tenían un grupo que era, le llamaban la “liga deportiva”, pero eso estaba en manos de los delincuentes, pero delincuentes del antiguo código. Y ellos se llevaban muy bien con estos miristas, y le dijeron ‘mira, nosotros hacemos un hoyo, en la penitenciaría, pero ustedes nos suministran las herramientas’.”
El grupo aprovecha los huecos de las tuberías de desagüe, que miden metro y medio de alto, para preparar dos largos túneles. Uno de verdad, el de la huida, y otro para despistar a los policías. La salida está pactada para el 5 de Octubre de 1988, pero dos días antes se descubre todo el plan.
Almudena: “¿Y por qué lo descubrieron, cómo lo descubrieron?»
Víctor: “Mira, lo descubren porque el presidente de la liga, que es un representante elegido por todos los comunes, que se suponía que era una persona de confianza, era un tipo que estaba condenado y quería hacer su condena en un lugar, en una cárcel más pequeña porque estaba en Santiago 15 años. Si se iba a una cárcel pequeña y tenías buena conducta, en cinco años más estabas fuera.”
5 de octubre de 1988. No sólo es el día pactado para la fuga de la cárcel. Es una jornada clave en la Historia de Chile: el día del plebiscito sobre la continuidad de Augusto Pinochet en el poder.
Eran momentos críticos. Las protestas contra la represión y la persecución política aumentaban. También la crisis económica. Pinochet, entonces, decide convocar un plebiscito para validar su gobierno y extenderlo ocho años más. Él es el único candidato. Se les pregunta a los ciudadanos si apoyan a Pinochet. SÍ o NO.
El Frente Manuel Rodríguez niega la validez de esta consulta, por haber sido convocada por una dictadura. Pero la gran mayoría de las fuerzas políticas lo ven como una oportunidad de poner fin al régimen. Y se unen para pedir el NO a Pinochet, la opción que acaba ganando en la urnas con un 53% de los votos.
Y el día después de la consulta, el 6 de Octubre, Augusto Pinochet reconoce, por televisión, su derrota. Es el principio del fin de la dictadura.
Augusto Pinochet: “Reconozco y acepto el veredicto mayoritario expresado en el día de ayer por la ciudadanía. Respetaré y haré respetar este resultado en consonancia con mi norma de conducta invariable como Jefe del Estado.”
Chile, por fin, se acerca a la democracia. Aunque en realidad no llegaría hasta dos años después.
Mientras tanto, en la cárcel, Víctor y sus compañeros siguen buscando su camino a la libertad.
Almudena: “Bueno, ¿y entonces?”
Víctor: «Entonces, a fines del 88, el fiscal Torres decide unificar, han creado en la misma cárcel pública una cárcel de alta seguridad. Que es como para risa, lo único que hicieron fue ponerle un techo con rejas dentro de la galería, o sea… Tú no podías acceder a los techos porque había una reja. Lo único que hicieron fue poner rejas. Y nos trasladan. Y desde ese momento que nos trasladan a nosotros, ya había un grupo que había sido trasladado en septiembre. Y ese grupo del Partido Comunista ya había empezado a hacer el túnel.”
Recordad: Los comunistas y el Frente Manuel Rodríguez ya no trabajan juntos. Víctor no forma parte de este plan.
Víctor: “¿Si haces un túnel, dónde metes la tierra? Es decir, tienes que empezar a resolver ese tipo de problemas.”
Los presos encuentran la clave precisamente en el techo: Hay un doble fondo de casi dos metros de alto. El escondite perfecto.
Almudena: “¿Y cómo llevaban las bolsitas, en bolsitas, cómo llevaban la arena?”
Víctor: «Ellos se las ingeniaron… Todos andaban a la moda, con unos pantalones bien cortos. Es decir, las bolsas se hacían resistentes y metían la tierra en los pantalones, en las piernas de los pantalones, que habían cosido muy bien por un lado y eso era muy resistente, y les permitía írselas pasando desde… Desde que los que excavaban, que estaban en el primer piso, primero ellos tenían que salir y subir para meterla en el entretecho. Hicieron de verdad una obra de ingeniería, ¿eh? De eso hay que reconocerles que tenían intercomunicadores, metieron un motorcito que les tiraba aire, tenían iluminación… Y el túnel tenía cien metros, ¿eh?”
Una construcción, la de ese túnel, que duró año y medio. Seguramente os estaréis preguntando cómo nadie pudo darse cuenta de algo así de grande y ruidoso.
Víctor: “No, los ruidos, por eso había… Es decir, ellos cantaban mucho… Era normal que antes del encierro, había un encierro que ya se había logrado que no nos encerraran en nuestras celdas, sino que cerraran la galería, entonces tú te quedabas hasta altas horas de la noche tocando guitarras, tomando mate, que es muy común, tomando té… Viendo películas… Es decir, tenías tu vida, y ellos sí le hacían el doble. E iban tapando así los ruidos, trabajaban de día. Al lado de la cárcel pasaba el metro, es decir, que vibrara un poco tampoco era anormal…”
Mientras tanto, Víctor y sus compañeros, que no sabían nada de estos movimientos, estaban diseñando su propia acción de fuga con unas armas que habían conseguido meter en la cárcel gracias a las visitas. Hasta que llega el día clave. 29 de Enero de 1990.
Víctor: “Y como a las diez de la noche sentimos un estruendo inmenso. Una bomba. Y nos llamó la atención. ¿Una bomba el 29 de Enero, una noche? No había ninguna efeméride… Y yo me fui a acostar. Y ya llevaba como 15 minutos pero durmiendo profundamente, y me despierta un hermano. Me dice ‘hermano, despiértate, que hay uno de los comunistas que me dijo que mañana van a venir a hacer un allanamiento de seguridad y que viene la CNI también. Y que nos avisan por si tenemos cosas para esconder.’ Y entonces yo le digo ¿allanamiento de seguridad, y cómo lo sabe él? ¿Cómo lo sabe el Partido Comunista? Si hasta ahora nunca hemos podido infiltrar a la escuela… Eso lo hacía la escuela de gendarmería. Si no hemos podido… Imposible”.
Víctor sospecha que los comunistas les están engañando, les ocultan algo. Habla con un gendarme y con otros presos, y confirma que todo está tranquilo. No hay allanamiento. Los comunistas están tramando algo.
Víctor: “A las diez de la noche, el bombazo ese que pusieron fue para avisarle a la gente que estaba en la cárcel, que todos ellos ya estaban a buen recaudo. Los socialistas van, agarran a este comunista, y lo maltratan un poco, y dice que hay una fuga. Pero no suelta, según él, no sé nada más.”
Víctor y sus compañeros quieren saber más. Pero para ello necesitan poder moverse por el penal, convencer a los gendarmes. Cualquier excusa es buena.
Víctor: “Nosotros pusimos un televisor, y siempre después ellos recuperaban ese televisor, y el VHS, y las películas que nosotros entrábamos las veían de noche ellos, porque era la guardia nocturna. Entonces, había cierto ritual. Entonces, voy yo, la película, voy a devolver la película… Así como estaba, en chanclas y… Me fui y le dije ‘mi cabo, voy a dejar el televisor al lado…’ y ahí se empieza a sumar mi amigo… Se va conmigo.»
Almudena: «Con el televisor.»
Víctor: «Con el televisor. Y empiezan a sumarse. ‘Voy, mi cabo…’ Y en esa galería, la 9 y 12 salimos una buena delegación. El que había venido a decir que estaba el túnel. Joaquín. El ruso Molina. Salgo yo. Cuatro. Carlos Pino, cinco. Salimos como ocho.»
Almudena: «Pero los vigilantes, cómo…»
Víctor: «No, pero había una rutina, de verdad, que ellos se sentían completamente seguros. Y que íbamos a ver la película allá, se la dejábamos instalada ahí, sin ningún problema. Y la verdad que esa noche estaba la guardia buena. Yo creo que por eso… Porque había otra guardia que era más estricta. Yo creo que por eso los comunistas deciden salir esa noche.”
Almudena: “Y dónde encuentras el túnel”.
Víctor: “En una celda, de la galería cinco y seis, tu abrías la puerta y a la derecha, en la misma… en la columna, ahí, estaba la entrada del túnel.”
Almudena: “¿Y cómo era, en el suelo?”
Víctor: “En el suelo”
Almudena: “¿Tapado?”
Víctor: “No, estaba abierto.”
Almudena: “La celda estaba vacía, claro”
Víctor: “Claro, la celda estaba vacía, el agujero estaba ahí. Entonces ya empezamos a entrar…”
Almudena: «¿Cabíais, o sea, era ancho?”
Víctor: “No, sí cabíamos, sí. Ahí primero, justamente, el chico Jorge Angulo Gónzalez, el de 1.55, que ese sí había tenido curso de zapador, podía desactivar cosas, que había estado en el atentado… Él sí conocía y se metió en el túnel. A explorar el túnel. Entonces tú te puedes imaginar que pasaban y pasaban los minutos, pasaban y pasaban los minutos… Entonces, nosotros nos organizábamos quiénes se van primero… ¿Quiénes se van primero? Los que tengan casa. Y yo levantaba la mano. Que no tenía casa. El que tenga casa y dinero se va. Yo tampoco tenía dinero. Me daba lo mismo. Yo, de verdad, que lo mío era irme. Irme. Me daba lo mismo si explotaban bombas… Yo quería morir en libertad. Y se demoraba, se demoraba, se demoraba, se demoraba… Son la 1 de la mañana, son la 1 de la mañana, han pasado 25 minutos, y eso es la 1 y cuarto y todavía pfff… Qué lejos… Otros dicen que el chico se fue… (Risas) Y de pronto, aparece Pedro. Y dice ‘está pulentito, loco’. Pulentito en chileno quiere decir ‘está muy bueno’. Y se mete él, y yo me voy a meter y me dice ‘no, no, no’. Otro que conocía artes exploratorias. Se mete él, y yo voy el tercero que va para el hoyo. Y pa dentro. Pfff… Interminable, interminable el túnel. Pero la libertad está ahí.»
Almudena: «¿Qué ibais haciendo, en qué pensabais?»
Víctor: «Había que reptar, había que reptar, y… E íbamos todos pegaditos. Y después de, no sé, diez, quince minutos, salir… Respirabas, el aire era el mismo que estaba, porque teníamos puro dentro de la cárcel, en el patio, el pequeño patio, pero había. Pero no era el mismo aire. Es increíble la sensación de… (Inspira). Avanzando, avanzando, avanzando, yo voy pensando que… Que me da lo mismo dónde salgamos. Salimos. Salgo arriba. Respiro, pero al respirar me doy vuelta y veo una torreta de los gendarmes. Si eso está a… Cruzando una calle, estamos a cuarenta metros. Ahí sesenta abajo…»
Almudena: «¿A cuarenta metros de la cárcel?»
Víctor: «De los muros, pero nosotros venimos de bien adentro de la cárcel. Y ahí ocurre algo, que yo me pongo en el medio de la Alameda, en el medio como, no sé, los Campos Elíseos aquí. Y levanto los brazos (risa)… Y mi amigo me sigue… ¡Libres!”
Almudena: “¿Lo dejamos aquí y empezamos mañana con tu vida clandestina? Ya, ya fuera… ¿No?»
Víctor: «Usted es la que manda.»
Almudena: «¿Tú qué dices?»
Víctor: «Cómo tú quieras.”
FX PARAMOS EL CASSETTE
El Guerrillero, un podcast de Almudena Ariza y Yes We Cast.
Investigación y locución: Almudena Ariza.
Guión: Francisco Izuzquiza.
Diseño sonoro: Alberto Espinosa.
Verificación de datos: Rodolfo Ibarra.
Sintonía del podcast: David Burgos y Luciano Branca.
Identidad gráfica: Rubén Galgo.
Locuciones: Carlos Serrano.